Lo dijo un importante funcionario libertario, quien además se refirió al Ley de Presupuesto 2025 y se sinceró: “No queremos que lo aprueben. Preferimos tener que renovar otra vez el Presupuesto de 2023”.
El Gobierno reconoció una caída en la imagen positiva del presidente Javier Milei pero destacó que ahora está estabilizada en un “46 por ciento”, mientras que sobre la discusión del Presupuesto 2025 que comenzó en el Congreso admitió que prefieren que no se lo aprueben para contar así con otra renovación del de 2023.
El descenso de la imagen del jefe de Estado que reflejaron distintas consultoras que hacen encuestas fue desdramatizado por uno de los principales funcionarios del gobierno libertario en declaraciones a un grupo de periodistas acreditados en Casa Rosada.
“Javier (Milei) llegó a tener hace tres meses un pico del 56 por ciento (de imagen positiva) y después hubo una caída, pero ya está estabilizado en un 46 por ciento”, señaló el dirigente del círculo íntimo del mandatario.
Al respecto sostuvo que desde que asumió la imagen presidencial “estuvo siempre alrededor del 50 por ciento, puntos más, puntos menos”, por lo que dio a entender que el 46 por ciento que ostenta actualmente es una cifra con la que están conformes.
Consultado sobre los motivos que hicieron bajar el apoyo al Presidente en las semanas anteriores, respondió: “supongo que fue por el aumento de algunas tarifas, pero ahora ya pasó y se volvió a estabilizar la imagen”.
Por otro lado, se refirió al Ley de Presupuesto 2025 que Milei envió al Congreso y al ser preguntado sobre cómo venía la estrategia para conseguir los votos para aprobarlo, contestó tajante: “No queremos que lo aprueben. Preferimos tener que renovar otra vez el Presupuesto de 2023”.
Con sarcasmo, agregó: “Esperamos que los bloques que vienen obstaculizando desde que asumimos hagan su trabajo”.
Sucede que en el Gobierno ven con buenos ojos contar otra vez con el viejo presupuesto, luego de que la oposición no le aprobara el de 2024, ya que eso le permite manejarse con mayor discrecionalidad en cuanto a cambios de partidas presupuestarias, entre otros aspectos.