Pese a que el Gobierno había considerado inválida la asamblea convocada este jueves, la AFA logra sesionar y aprueba un nuevo mandato para su titular hasta 2028
Los intentos del Gobierno de Javier Milei por evitarlo no bastaron y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) reeligió este jueves a Claudio Chiqui Tapia (San Juan, 1967) como presidente de la entidad hasta 2028. La elección se consumó en una asamblea realizada en el predio deportivo que lleva el nombre de Lionel Andrés Messi y contó con el respaldo de la amplia mayoría de los representantes de los clubes: 44 votos a favor y dos ausentes. Antes de la sesión, y a través de la Inspección General de Justicia (IGJ), el Gobierno ultraderechista había dictado la invalidez de los comicios, pero la AFA anunció que apelará y sostuvo la asamblea, por lo que el conflicto se resolverá en los tribunales judiciales. La disputa de fondo es por la incorporación de las sociedades anónimas deportivas a los clubes de fútbol, impulsada por Milei y resistida por Tapia y la actual conducción de la AFA.
“Vení, vení, canta conmigo, que un amigo vas a encontrar, y de la mano, del Chiqui Tapia, todos la vuelta vamos a dar”, celebraban entre gritos y aplausos los dirigentes del fútbol argentino. La asamblea ya había concluido y había llegado el desahogo, después de la tensión política de las horas previas y de una sesión supervisada por agentes de la IGJ. Además de la reelección de Tapia, habían logrado aprobar cambios estatutarios y la suspensión, por este año, de los descensos en la primera división.
“Es un día histórico para la democratización, es uno de los días más importantes en el fútbol argentino”, dijo Tapia, que no escatimó elogios a su propia gestión, durante la cual la Selección nacional consiguió la Copa del Mundo en Qatar 2022 y dos títulos consecutivos en la Copa América, con Messi como emblema. “Después de todo lo que nos ha costado refundar el fútbol argentino, celebramos la oportunidad de democráticamente elegir a quiénes van a ser los miembros del próximo comité ejecutivo”, siguió.
Ex barrendero y recolector de residuos, ex presidente del club Barracas Central, Chiqui Tapia encabeza la AFA desde 2017. Vinculado con el peronismo, Tapia logró normalizar el funcionamiento de la entidad tras los 35 años que había durado la presidencia de Julio Grondona, fallecido en 2014, y construyó una estructura de poder que ahora le deparó la reelección. Su mandato caducaba en 2025, pero decidió adelantar la asamblea electoral, surfeando la ola triunfal de la selección dirigida por Lionel Scaloni.
La candidatura de Tapia se apoyó en una lista única, no tuvo rival. La oposición la encarnó el Gobierno de Milei y tuvo como solitaria representación en la AFA a la dirigencia del club Talleres de Córdoba —cuyo presidente, Andrés Fassi, acaba de ser suspendido tras protagonizar un violento incidente con un árbitro—. Talleres hizo una presentación impugnando la convocatoria a la asamblea ante la IGJ, el organismo dependiente del Ejecutivo nacional que fiscaliza a las entidades civiles asentadas en la Ciudad de Buenos Aires.
La IGJ avaló este martes la impugnación porque, argumentó, el adelantamiento de las elecciones implicaba una “amputación de la cuarta parte de los mandatos de forma abrupta e intempestiva” e impedía que “los clubes asociados puedan intentar razonablemente la conformación de alguna lista alternativa”. El titular de la IGJ, Daniel Vitolo, advirtió que, si los dirigentes desobedecían su dictamen, podrían ser sancionados y “el Ministerio de Justicia puede interponer la intervención” de la AFA, lo que pondría en riesgo su afiliación a la FIFA. En redes sociales, el propio Milei publicó una imagen referida a supuestos “afanos” en la AFA.
La conducción de la AFA recurrió a la Justicia y consiguió un fallo que señaló que el dictamen de la IGJ no es definitivo, ya que aún está vigente el plazo para apelar, 15 días hábiles. Con ese aval, realizó la asamblea, en cuyo inicio se advirtió que todo lo aprobado quedará supeditado a lo que se dirima en la IGJ y, luego, si la disputa continúa, como se presume, en los tribunales judiciales.
De los 46 representantes previstos en la asamblea, uno se ausentó directamente (el de Estudiantes de La Plata) y otro se retiró tras expresar sus objeciones (Talleres). El resto de los asambleístas aprobó “por aclamación” un nuevo mandato para Tapia, hasta octubre de 2028. En las vicepresidencias tendrá el respaldo de los representantes de Boca Juniors (Juan Román Riquelme) y River Plate (Ignacio Villarroel), los clubes más poderosos del país.
Entre otras decisiones, la asamblea votó que los dirigentes de la AFA podrán ejercer hasta cinco mandatos consecutivos (el límite era de cuatro) y anuló los dos descensos que estaban pautados en la temporada de la primera división de la Liga Profesional que se está desarrollando. La idea es que asciendan dos clubes de la segunda división y sumar 30 equipos en primera desde el año que viene, para disputar una liga divida en dos zonas de 15. Los asambleístas también votaron mudar el domicilio legal de la AFA y trasladarlo al predio Lionel Andrés Messi, ubicado en la localidad de Ezeiza, provincia de Buenos Aires. El territorio bonaerense es el corazón del peronismo y las entidades afincadas en el distrito quedan fuera del alcance de la IGJ.
En el trasfondo de las tensiones políticas entre el Gobierno y la AFA están las sociedades anónimas deportivas (SAD). Hoy en Argentina los clubes de fútbol son asociaciones civiles sin fines de lucro y el estatuto de la AFA prohíbe la afiliación de las SAD, es decir, de organizaciones que buscan la obtención de ganancias. Con su discurso promotor del mercado como gran organizador de la sociedad, Milei dispuso por decreto que las entidades deportivas pueden asumir la figura legal de las SAD y, en agosto último, les dio un plazo de un año a las asociaciones y federaciones para que modifiquen sus estatutos y se adapten a la nueva norma. Los clubes obtuvieron una medida cautelar favorable en la Justicia federal y la cuestión está en manos de la Corte Suprema.