Estos fenómenos, provenientes de otras regiones, provocan cambios bruscos en las condiciones meteorológicas locales, lo que produce efectos en la salud de las personas, como deshidratación, problemas respiratorios y malestar general.

En la época invernal es frecuente que ingresen al territorio provincial vientos cálidos y secos, como el Zonda, también conocido como Toro, y el Norte, que alteran abruptamente las condiciones habituales del tiempo y producen efectos en la salud de las personas.

-Deshidratación: la temperatura aumenta la evaporación del agua en el cuerpo; esto ocasiona mayor pérdida de líquidos. Además, provoca sequedad en la piel, labios agrietados y sed intensa.

-Irritación de vías respiratorias: el viento transporta partículas de polvo y otros alérgenos, que irritan las vías respiratorias. Aparecen tos, estornudos, congestión nasal y dificultad para respirar, sobre todo en personas con enfermedades respiratorias, como asma.

-Dolor de cabeza: los cambios bruscos de presión atmosférica y condiciones meteorológicas extremas pueden desencadenar este problema.

-Malestar general: la temperatura alta, el viento y el cambio repentino de las condiciones del tiempo pueden generar una sensación de incomodidad general, incluyendo fatiga, mareos y malestar.

Ante este tipo de fenómenos, el Ministerio de Salud Pública brinda algunas recomendaciones a la población, a fin de resguardar la salud, en especial de niños y adultos mayores.

Es muy importante tomar abundante agua durante todo el día, en pequeños sorbos.

Se deben evitar las comidas abundantes y calóricas.

Se recomienda consumir alimentos frescos, como ensaladas con verduras, y frutas.

Evitar la ingesta de bebidas dulces, con alcohol, e infusiones calientes.  

Usar ropa suelta y de colores claros.

Proteger los ojos.

No realizar ejercicio físico en ambientes calurosos.

Tomar agua antes, durante y después de realizar actividades al aire libre.

Para salir de la casa, proteger la cabeza con sombrero o sombrilla; usar protector solar.

Evitar reuniones en espacios cerrados o con poca ventilación.

Se aconseja extremar el cuidado de lactantes y niños pequeños, evitando ambientes calurosos y sin ventilación.

Los bebés deben amamantarse con mayor frecuencia, ya que la leche materna contiene agua.

La madre que amamanta debe beber agua fresca y segura durante todo el día.

Si una persona siente mareos o se desvanece, se la debe acostar en un lugar fresco, bajo techo.

Se le puede ofrecer una bebida rehidratante, pero no infusiones calientes ni muy dulces.

Colocar agua fría en las muñecas proporciona alivio.

También, se recomienda asegurarse que los animales domésticos cuenten con agua suficiente.

Las personas afectadas durante la presencia del viento pueden experimentar estos síntomas:

dolor de cabeza

sensación de fatiga

sed intensa

náuseas y vómitos

calambres musculares

convulsiones

sudoración que cesa repentinamente

somnolencia

respiración alterada

Ante estos síntomas, se debe buscar asistencia en el centro de salud más cercano, o llamar al Sistema de Emergencias 911.

Además, el viento Zonda produce modificación en los comportamientos, trastornos de personalidad, irritabilidad, impulsividad, agresividad. Las personas que padecen epilepsia pueden experimentar un incremento de los síntomas.

Los pacientes esquizofrénicos que tienen una patología muy influenciada por las variabilidades estacionales, también tienen una exacerbación de síntomas.


Fuente: Secretaría de Prensa y Comunicación

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